Muchos goles, emoción y puntos bajo la lluvia: Athletic Club 4-Real Racing Club 3 El Athletic Club ha derrotado (4-3) al Real Racing Club, goles para nuestro equipo obra de Llorente (2, uno de penalti) Toquero y Susaeta, mientras que Tchite y Bolado (2) han hecho los de los cántabros. Un triunfo que consolida al Athletic durante una semana más en los puestos que dan acceso a disputar una competición europea a falta de nueve jornadas para la conclusión de la Liga, un apretado calendario concentrado en mes y medio. Todo ello en un partido de poder a poder que ha reunido casi todos los ingredientes que hacen atractivo este deporte: buen juego durante bastantes minutos, emoción, rachas y no sólo de viento, disputas, mucha gente en las gradas pese a ser lunes y, sobre todo, muchos goles. Y como la mayoría de ellos ha sido favorable a nuestros colores, la ilusión se mantiene después de seis triunfos caseros de los siete últimos compromisos disputados en San Mamés. Esta vez el último choque de la jornada ha servido para terminar con buen sabor de boca, y sacar partido a los pinchazos de los demás, antes de visitar el difícil Camp Nou, pero como hemos mencionado en otras ocasiones, disfrutemos de lo conseguido y lo que tenga que ser será.
Empezar la contienda y que el molesto e incómodo, e incluso temido, viento sur diera paso a una lluvia mejor recibida ha anunciado la hora del fútbol. De la mano del cambio del tiempo, los primeros minutos han sido espesos, sin mucho tino, con dominador incierto o sin dominador. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos los rojiblancos han convertido la cortina de agua en tempestad y el Racing ha pasado un cuarto de hora sin capacidad de reacción y, lo que es peor para sus intereses, ha salido del chaparrón con dos goles en contra.
Entre el rebote en Toquero de un lanzamiento de falta por parte de Susaeta en el minuto 8 y un taconazo de clase de Llorente con el que se ha topado Coltorti casi sin querer en el 23, el Athletic Club ha encarrilado la contienda, primero mediante un saque de córner magistral por parte de Gabilondo que Llorente ha rematado de cabeza, con fuerza y rabia, haciendo inútil el esfuerzo del cancerbero. Luego tras un saque de banda que Llorente ha recibido escorado de espaldas a puerta, pero se ha revuelto bien y tras superar a Henrique ha hecho el pase de la muerte para que Toquero marcara el 2-0. Era el colofón a un ataque constante, potente, coordinado y desmadejado a la vez, circunstancia que además ayudaba a que nuestro equipo se quitara la carga que trajera del Vicente Calderón a la hora de ser acusado de flagrante déficit en la definición.
Dos goles de salida, eficacia casi al cien por cien y la sensación, esta vez también, de “déjà vu”, de que las películas favorables a nuestros intereses existir, existen. Sin embargo el control del juego se ha diluido bajo la lluvia y ha pasado a ser exceso de confianza, sensación acrecentada si cabe durante los plácidos minutos en los que a Gabilondo le han suturado la herida producida en un salto y que se han superado sin mayores sobresaltos. Pese a todo, el Racing también ha mojado a la primera de cambio y Tchité ha reducido distancias en el 41 tras combinar bien con Colsa. Es más, la cosa habría podido ser peor si Canales hubiese optado por ser práctico en lugar de buscar el ornamento a la hora de intentar resolver un contragolpe franco en el tiempo de prolongación.
La segunda parte ha traído un frío inicio local, aunque salvo una falta lanzada por Canales y repelida por Iraizoz, el paso de los minutos ha sido sinónimo de calma chicha y por momentos, también en la primera mitad, desde la grada se transmitía la sensación de que era el Athletic el equipo que iba por detrás en el marcador. Se supone que se trata simplemente de la presión que inconscientemente crea la ilusión de hacer cosas bonitas en la Liga. Un estado de ánimo al que siempre querríamos estar abonados.
A falta de oportunidades y en espera de futuras rachas más entretenidas y productivas, han empezado los cambios. Gurpegi por Iturraspe en el Athletic, Diop por Serrano en el Racing, con Canales desplazado a la banda izquierda y Colsa algo más libre y la cosa se ha empezado a animar antes de que Munitis dejara su lugar a Arana. Un cabezazo de San José y un chut desviado de Toquero han sido el prólogo del segundo cuarto de hora goleador, en esta ocasión entre los minutos 78 y 93, que incluso ha duplicado al primero.
Colsa ha rematado alto y un centro-chut de Iraola ha sido atrapado ¿fuera de la portería? ¿dentro? ¿sobre la raya? por Coltorti. La polémica no ha durado apenas nada, ya que un centro de Toquero en el 77 ha significado un penalti por agarrón y empujón de Christian a Llorente, que el ariete ha enviado por bajo a la red. Parecía, por segunda vez también, que la ventaja de dos goles iba a ser un bono canjeable por la tranquilidad. No ha sido así. Iván Bolado había suplido a Tchite antes del penalti y Muniain a Toquero poco después. La calma sólo ha durado tres minutos, los suficientes para que el recién incorporado Iván Bolado estableciera de preciosa chilena el 3-2 en el minuto 81.
Emoción por todo lo alto y otro ingrediente de los pocos que restaban por aparecer, el relativo a la polémica por un quítame allá esas tarjetas. Tras el gol de Bolado, Oriol ha visto la cartulina amarilla por empujar a Iraizoz en su pugna por recuperar cuanto antes el balón, una jugada habitual y una amonestación que parecía carecer de importancia a corto plazo. Curiosamente en la siguiente jugada el propio Oriol, un jugador que por lo que parece no se corta a la hora del reparto por tierra, mar y aire, ha sacado su brazo a pasear sobre el rostro de Llorente y el colegiado ha demostrado también que su fama de implacable sacador de segundas amarillas no es una leyenda urbana. Ni de la mano de la cartulina roja ha llegado la calma, ni cuando tras sendos intentos de Gabilondo y Bolado, Susaeta ha recibido un pase de Iraola y ha encarado a Coltorti para batirle por bajo en el 89. Bolado ha seguido a lo suyo y tras comprobar que las palabras tranquilidad y control eran ayer parte de páginas arrancadas del diccionario rojiblanco, ha marcado otro buen gol, pero ya era el minuto 93 y la contienda ha finalizado nada más sacarse de centro. La cosa terminaba como empezaba, bajo la lluvia pero con tres puntos más.